En el marco de la II Bienal de Periodismo y Comunicación, el panel de apertura “Lecturas necesarias en tiempos urgentes” contó con la presencia de las escritoras María Teresa Andruetto y Eugenia Almeida que, coordinadas por María Paulinelli, reflexionaron sobre la escritura, la lectura y la comunicación. El libro, las políticas públicas y las posibilidades de transformación, en la voz de tres protagonistas esenciales de nuestra cultura.
Por: Gastón Klocker
Dar testimonio en tiempos difíciles, aquella frase que Rodolfo Walsh utilizó como cierre de la carta más trascendente de nuestra historia contemporánea, fue el lema elegido para la II Bienal de Periodismo y Comunicación que se llevó a cabo los días 4, 5 y 6 de junio en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Córdoba. La actividad de apertura, coordinada por la profesora emérita María Paulinelli, incluyó preguntas disparadoras sobre la escritura, la lectura y la comunicación, que sirvieron como ruta para el intercambio y la reflexión de las autoras.
Se transformó en una oportunidad para conocer gustos e influencias de las protagonistas y su relación con las actividades de leer y escribir. Además, brindaron sus ideas del libro como objeto en una charla que dio lugar a la reflexión sobre las transformaciones en los modos de lectura que proponen las nuevas tecnologías de la comunicación. Jorge Luis Borges, Andrés Rivera, Antonio Di Benedetto, Daniel Moyano, Jaques Rancière, Simone Weil, Mark Twain, Samantha Schweblin, Elvira Ose, desfilaron en las palabras de las escritoras, que a su vez dieron continuidad y profundidad al análisis sobre la delicada coyuntura que atraviesa Argentina.
“Hay una gran parte de la población que, con las ultimas políticas públicas en relación a los libros y el trabajo con los libros, vuelve a sentir que estos son un objeto de lujo. Las disposiciones para el encuentro con la lectura, con la reflexión, con la belleza se ve limitada. Por eso son necesarias políticas públicas que fomenten el libro. Y en un contexto electoral, que la sociedad les exija ese compromiso a los candidatos. Una exigencia hacia el Estado, que debe estar más allá de lo gubernamental”, aseguró Almeida que, desde su rol de docente, cree que no se puede depender de voluntades individuales para el mejoramiento de la formación.
En relación a la educación, María Teresa Andruetto profundizó las reflexiones vertidas en el reciente Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE).: “La lectura es una cuestión de Estado: cabe preguntarse ¿nos interesa como sociedad y Estado construir una sociedad lectora? Necesitamos la lectura como una consecuencia de cierto saber, y una lectura como posibilidad de ocio creativo. En el paso por la escuela, un niño o un jóven, puede hacerse lector, y después con los codos, empujar algún momento de su tiempo para no estar completamente alienado en el trabajo de producir para la subsistencia”.
Las panelistas coincidieron en que la lectura, la escritura y la comunicación ocupan lugares claves para pensar la realidad actual. En este sentido, Paulinelli agregó que “los libros resultan imprescindibles según las circunstancias, según los momentos, según los sujetos de la acción de leer, que ponen en juego el valor de las palabras para comprender el mundo y ser más humanos”.
“Los libros imprescindibles son aquellos que afinan la sensibilidad”, afirmó Almeida. “No es solo la letra, no es solo quien lo escribe, sino esa particular relación entre quien escribe y quien lee”, coincidió Andruetto.
Para las autoras, en estos tiempos urgentes, la posibilidad de utilizar estas herramientas para la transformación es acotada pero no imposible: “es difícil pedirle a la literatura que cambie una sociedad, pero sí los libros cambian a ciertas personas, y en esa suma, algo va cambiando”, aseveró Andruetto. “El encuentro con las palabras y su irreductible capacidad simbólica nos insta a ratificar las posibilidades de la comunicación y de la lectura en particular. Creo en el hombre y su capacidad de transformación del mundo. Creo que hay que tomar conciencia de las dimensiones de la crisis y buscar una respuesta desde la asombrosa realidad del mundo” agregó Paulinelli.
“Mas hoy, entre los ruidos de un edificio social que desmorona inevitablemente, no es posible hacer bordados” decía Roberto Arlt en el prólogo a “Los Lanzallamas”, su tercera novela publicada en 1931, sobre las formas y las posibilidades de decir, de expresar, de comunicar en vínculo directo con los contextos hostiles. En esa dirección, para Almeida, “es importante no sólo la lectura de los libros, sino otras lecturas del mundo”. Otras formas de leer, otras formas de decir. “Me quedo embelesada ante la rapidez, la inmediatez. Pienso que los jóvenes realizarán las acciones adecuadas paras las transformaciones necesarias. Creo en la juventud. Es la vida que transforma las sociedades y los tiempos”, cerró Paulinelli.